Los cuantificadores: numerales e indefinidos
Los cuantificadores
Presenta la Morfología del castellano dos categorías muy relacionadas entre sí por su referencia a la cantidad, sea de un modo muy definido numeralmente, sea de un modo indefinido: son los numerales e indefinidos, a los que agruparemos bajo la denominación común de cuantificadores.
Otras formas de expresar la cantidad
El castellano también expresa la cantidad mediante otras categorías morfológicas y construcciones:
- una de ellas es la de los sustantivos abstractos cuantitativos, a los que clasificábamos en el esquema correspondiente enseudonumerales (docena) y seudoindefinidos (montón), y a los que denominábamos así para diferenciarlos de este grupo que ahora nos ocupa. Los seudonumerales, en puridad, no deberían ser considerados, como se hará en el esquema 57, un subgrupo de los numerales, pues se trata de auténticos sustantivos, pero por su relación directa con los numerales también serán incluidos en esta categoría; y no los denominaremos "colectivos", como se hace en otras gramáticas pues esta denominación corresponde más bien a los sustantivos colectivos (enjambre, arboleda,...).
- otra es la de los adverbios de cantidad, que coinciden en casi todas sus formas con los indefinidos (demasiado, poco, mucho,...).
- otra es el grado comparativo (ya estudiado) y sus correspondientes oraciones subordinadas comparativas (que estudiaremos en la lección 14ª).
- han de ser incluidos aquí también muchos sustantivos que, en su lexema o prefijo, presentan una significación numérica:
- monolito, mónada, unir, reunión, primerizo,...
- bíceps, bígamo, doblar, reduplicación,...
- trenza, trébedes, triple, terna,...
- cuaderno, cuadro, cuadrúpedo,...
- pentateuco, cincuentón,...
- hexágono, siesta,...
- heptágono, septiembre,...
- ochavo, octaedro,...
- eneasílabo, noviembre,...
- década, decímetro,...
- etc.
Los numerales
Los numerales son la categoría morfológica que se ocupa de señalar matemáticamente las cantidades utilizadas del sustantivo a que se refieren. Estas cantidades pueden ser señaladas de forma cifrada, o de forma natural (o cardinales), o de forma ordenada (ordinales), o de forma dividida (partitivos), o de forma multiplicada (multiplicativos), o de forma distribuida (distributivos), o de forma colectiva (seudonumerales), como se aprecia en el siguiente esquema, en el que sólo incluimos los casos que presentan cierto interés:
En relación con los distintos grupos de numerales, varios son los aspectos que sería conveniente reseñar respecto a cada uno de los grupos señalados en el esquema:
Cardinales
Los cardinales vienen a ser como el nombre o sustantivo que se les da a los números (el cero, el siete,...). Se han incluido en el esquema:
- otro pues equivale a la unidad en construcciones como: uno, otro, otro, otro,...
- bis, como latinismo equivalente a "dos".
- tantos y pico, pues vienen a significar un número cualquiera del 1 al 9 si se incluyen tras una decena: Tiene treinta y tantos años; Hace ya cuarenta y pico años.
Ordinales
Los ordinales se refieren al orden de colocación numérica del sustantivo referido, y es destacable:
- la forma apocopada de primer y tercer, vigésimoprimer, trigésimotercer,...
- la inclusión del número no identificado correspondiente al último lugar del orden emitido en el mensaje y a los dos anteriores a él: último (o postrer, o postrero), penúltimo y antepenúltimo.
- la forma primero puede adquirir valor nexual en casos como Primero que le vuelvan a mi poder, me han de sudar los dientes.
Partitivos
Los partitivos deberían aparecer en el esquema en columna hacia arriba, en vez de hacia abajo, ya que lo que indican es que la unidad se parte en distintas fracciones coincidentes con la numeración. Su sufijo característico es -avo.
Multiplicativos
Los multiplicativos se refieren a la unidad multiplicada, de ahí que se haya añadido al final la forma múltiple, indeterminada, pero numeral por referirse a cualquier número.
Distributivos
Los distributivos quedan a medio camino entre los numerales y los indefinidos pues ninguno de ellos presenta lexema numérico. Pero han de ser tomados como numerales siempre que se refieren a un número anteriormente emitido en el mensaje. Así, en El cazador abatió dos perdices de sendos disparos y ambas, es decir, todas y cada una de las perdices, fueron regaladas a sus dos compañeros, se apreciará que sendos, ambas, todas y cada conllevan aquí la significación "dos". Por la importancia de su uso, nos detendremos en las formas cada y sendos.
Cada
Presenta una única forma sin variación de género o número (cada). Varios son los rasgos que presentan interés:
- acompaña a los otros numerales para indicar una distribución igual al numeral indicado: cada dos días, cada cien kilómetros, cada primer viernes, cada último día, cada quincena, cada múltiplo de cinco,...Cuando acompaña a uno es sinónimo de cada cual: Cada uno (cada cual) hace lo que puede.
- cuando no va con otro numeral, se refiere entonces a "todos", por lo que sería preferible usar esa otra forma: *Me ducho cada día; preferible: Me ducho todos los días.
- tiene valor nexual cuando interviene en locuciones como cada...que, cada vez que (¡Tiene cada ocurrencia que te partes de risa).
Sendos
Presenta únicamente las formas plurales de masculino y femenino (sendos, sendas). Sus rasgos de interés son:
- sólo puede aparecer en plural ya que la unidad no puede ser distribuida y ello ocurre con dos unidades como mínimo: Los dos (tres, cuatro,...) alumnos cometieron sendos errores).
- implica el uso anterior de un numeral y adquiere entonces la significación del mismo: Los 15 tenían sendos relojes (sendos = 15).
- en su forma femenina, presenta la lengua el sustantivo homónimo sendas, con significado de "caminos": Los dos nativos caminaban por sendas sendas.
Seudonumerales
Los seudonumerales son claramente sustantivos abstractos, como se ha indicado arriba, pero su relación con los números es tan evidente que han de ser aquí también forzosamente incluidos.
Escritura de los números
La escritura de los números en castellano presenta particular interés ya que en muchos casos se producen incorrecciones:
- respecto a las cifras:
- las usadas en castellano son las arábigas (19) y las romanas (XIX).
- los años no llevan el punto del millar matemático (1998), pero sí otro tipo de cantidades, que pueden ser escritas con punto o con espacio: 1.998 euros, 1 998 euros.
- los decimales se escriben con coma abajo (18,5) no con apóstrofe arriba (*18´5).
- la hora se expresa con punto (15.30), no con apóstrofe (*15´30) o coma (*15,30).
- respecto a los cardinales:
- se escriben en forma simple del uno al quince.
- se escriben compuestos del dieciséis al veintinueve y doscientos, trescientos,...
- se escriben coordinados a partir del treinta y uno
- se escriben yuxtapuestos desde el ciento uno en adelante: ciento noventa
- cuando interviene el uno se apocopan si interviene mil pero no en los restantes casos pues concuerda con el sustantivo: veintiun mil euros, doscientas treinta y una pesetas.
- las decenas pueden incluir también la forma indefinida tantos: Tiene sesenta y tantos años (escrita en forma compuesta si la decena es 20: Tiene veintitantos años).
- respecto a los ordinales:
- se escriben yuxtapuestos desde el vigésimo primero.
- es conveniente recalcar que se dice undécimo y duodécimo, no *decimoprimero ni *decimosegundo.
Los indefinidos
Los indefinidos son la categoría morfológica encargada de señalar de modo no numérico las cantidades indeterminadas del sustantivo a que se refieren. Pueden referirse a personas (como los que colocamos en el esquema siguiente bajo la imagen de un rostro humano) o a personas, animales y cosas indistintamente (como los que colocamos a izquierda y derecha del vaso colocado sobre un cristal). Si nos fijamos en la parte derecha del vaso podemos imaginar que este se va llenando poco a poco de agua (la cantidad de agua contenida varía desde una gota -algo- hasta que se desborde -demasiado). En su parte izquierda imaginamos que hay una cantidad indefinida de vasos, a la que se puede tanto identificar con todas esas formas como cuantificar. Bajo la superficie del cristal sobre el que hemos posado el vaso aparecen los indefinidos negativos correspondientes. Hemos evitado la denominación de cada grupo de indefinidos de una manera específica pues semejante tarea resultaría tan prolija como, creemos, innecesaria.
La casuística que presentan los indefinidos es inmensa, tanto en nuestra lengua como en otras, debido a cuatro razones básicas y de muy distinta índole:
- es una categoría abierta pues ninguna gramática coincide con otra en la inclusión de la totalidad de estas formas (en el esquema anterior podíamos haber incluido algunas otras formas más y, tal vez, eliminado alguna);
- son como el cajón de sastre al que han ido a parar muchas formas morfológicas que o no tienen cabida en otros paradigmas o no la tienen completamente y por ello han venido a desembocar aquí (sirva de ejemplo la forma un,o,a,os,as, tradicionalmente considerada como artículo);
- sus significaciones son muy abundantes ya que, al ser formas muy utilizadas, han adquirido muchos valores especiales (sirva de ejemplo la forma cierto,a,os,as);
- sus funciones sintácticas en el sintagma abarcan todo el abanico posible en castellano, como se verá en su lugar correspondiente de la Morfosintaxis (lección 10ª); sirva de ejemplo la forma poco, que funciona de núcleo en Come un poco de todo, de pronominalización adverbial en Come poco y en Come pan poco hecho, y de determinante en Come poco pan.
Tal prolijidad nos impide detenernos por extenso en cada una de las formas indefinidas; no obstante, indicaremos de algunas de ellas varios aspectos que presentan particular interés. A la vista del esquema anterior, seguiremos el orden de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba:
Alguien/nadie
Son los únicos indefinidos, junto con quienquiera, que se refieren exclusivamente a personas. Sus formas no admiten variación de género o número. Cuando ello precisa ser especificado, ha de recurrirse a las formas algún/ningún, con las que conforman un correlato, lo mismo que con algo/nada.
Quienquiera
Presenta la forma neutra (quienquiera) y las masculina y femenina plurales (quienesquiera). No ha de ser confundida esta forma con quien quiera: Quienquiera que pueda hacerlo no coincidirá siempre con quien quiera hacerlo.
Algún/ningún
Ambas formas presentan las cinco posibles: la neutra (alguno, ninguno), las masculinas y femeninas en singular y plural (alguno,os,a,as, ninguno,a,os,as), además de la forma apocopada (algún, ningún). Sus rasgos destacables son:
- en las oraciones negativas, se neutralizan, pero han de ser colocados en posición pospuesta o antepuesta, respectivamente, con respecto al sustantivo al que acompañan: No tengo ningún libro/No tengo libro alguno.
- forman correlación significativa con alguien/nadie y con algo/nada.
- intervienen en las siguientes construcciones fosilizadas: de ninguna manera, en modo alguno, alguno que otro,...
Uno
Presenta las cinco formas posibles: la neutra (uno), las masculinas y femeninas en singular y plural (uno,os,a,as), además de la forma apocopada (un) y las correspondientes formas con artículo (el uno, los unos, la una, las unas, lo uno).Interviene también como monema en las formas alguno, ninguno y sus derivados. Presenta los siguientes rasgos de interés:
- sólo sería numeral cardinal en el singular, ya que en el plural no tendría cabida por significar más de "uno".
- su valor enfático o intensificador es evidente en construcciones como: ¡Es ya una mujer! ¡Es un sinvergüenza! ¡ Es un Picasso! ¡Vaya una música que toca ese!
- a veces tiene valor de aproximación numérica: Tiene unos cincuenta años.
- puede equivaler significativamente al personal de primera persona, si bien ha de llevar el verbo en tercera: Acaba uno por ceder siempre ante los hijos.
- interviene en construcciones especiales como todos a una y en las siguientes formulaciones nexuales: uno...otro, una (de)...que, una vez que, una vez + participio, ...
Cualquiera
Presenta todas las formas posibles: la neutra (cualquiera), las masculinas y femeninas tanto en singular como en plural, si bien sin distinción de género (cualquiera,as), además de la forma especial de plural (cualesquiera) y la forma apocopada (cualquier). Creemos que el mejor modo de entender esta forma indefinida y su casi siempre incorrecto uso es fijarse en los ejemplos que proponemos a continuación:
- Cualquier hombre o mujer lo haría;
- Eso lo hace un hombre o mujer cualquiera;
- Eso lo hacen dos hombres o mujeres cualesquiera;
- Eso puede hacerlo un cualquiera, o una cualquiera, o dos cualquieras;
- Cualquiera puede hacerlo;
- Cualquiera que pueda hacerlo, lo hará;
- Cualesquiera que puedan hacerlo, lo harán.
Tal
Presenta las cinco formas posibles: la neutra (tal) y las masculinas y femeninas en singular y plural, que coinciden (tal, tales). Su uso aparece muy fosilizado en construcciones como fulano de tal, le pareció tal cual, lo hace como si tal cosa, estuvo hablando de desórdenes y tal, ¿Qué tal estás?, que si tal, que si cual, son tal para cual,... Interviene también en varios nexos: tal...tal, tal cual, tal y como, cual...tal, de tal suerte que, de tal modo que, de tal manera que, en grado tal que, con tal de (que),...
Igual
Presenta todas las formas posibles, incluida la adverbial (igual): la neutra (igual) y las singulares y plurales del masculino y femenino, que coinciden (igual, iguales). Puede también adoptar las formas igualito e igualico. Interviene en los nexos igual...que, igual (de)...que y en la construcción a igual trabajo, igual salario.
Otro
Presenta todas las formas posibles: la neutra (otro), las cuatro masculinas y femeninas (otro,os,a,as) y las correspondientes con artículo (el otro, los otros, la otra, los otros, lo otro). Aparece también como formante en otrora, nosotros y vosotros. Sus rasgos de interés son los siguientes:
- en cuanto a su significado, va casi siempre indisolublemente unido a uno, ya se trate del indefinido o del numeral:
- con el indefinido uno tiene claro valor distributivo: unos trabajan; otros estudian. Cuando no interviene con este indefinido, lo hace con el demostrativo: No era este sino otro.
- con el numeral uno viene a significar numéricamente o bien la unidad (Entre uno y otro arrimaron la escalera) o bien la serie de los cardinales posteriores a la unidad (Tuve mucha suerte buscando setas: me encontraba una, otra, otra, otra,...).
- en la construcción el otro día tiene la significación de "cualquier día pasado no reciente", no equivalente a la construcción otro día, que significa "un día distinto al anteriormente dicho".
- interviene en los nexos uno...otro, otro...que.
Mismo
Presenta todas las formas posibles, incluida la adverbial (mismo, mismamente): la neutra (mismo), las masculinas y femeninas singulares y plurales (mismo,os,a,as) y las correspondientes con artículo (el mismo, los mismos, la misma, las mismas, lo mismo). Puede presentar también la derivación (mismito, mismísimo, mismamente) y la composición (asimismo). Es destacable lo siguiente:
- puede desempeñar la función de nexo comparativo, caso en el que puede adoptar las formas diminutiva y superlativa:Habla lo mismito que su madre; Hizo lo mismísimo que me imaginé.
- su valor adverbial es más bien de uso popular: Actuaba como mismo (mismamente) le daba la gana.
- en la lengua coloquial se usa enfáticamente en las respuestas: ¿Es usted don José? -¡El mismo!
Demás
Presenta las formas plurales, que coinciden (demás), incluidas las formas con artículo (los demás, las demás), y la forma neutra, también con artículo (demás, lo demás). Suele cerrar series de sustantivos, en las que significa el resto no mencionado del campo semántico indicado (Asistieron al funeral hijos, primos, tíos y demás familia). Aparece en la construcción por lo demás y en el nexo y...y...y demás.
Tanto
Presenta todas las formas posibles (incluida la adverbial, en la que también tiene cabida la forma apocopada, que es exclusivamente adverbio: tanto, tan): la neutra (tanto), las masculinas y femeninas en singular y plural (tanto,os,a,as) y la masculina singular con artículo (el tanto). Presenta asimismo formas derivadas (tantito, tantísimo) y compuestas (entretanto, veintitantos). Sus rasgos son los siguientes:
- toma la apariencia de ser un sustantivo neutro con significación de "cualquier cantidad" en varias construcciones:
- Ni tanto así me robaron.
- Cobraba, del viaje, tanto; de dietas, tanto, de gasolina, tanto;...
- Has de pagarme un tanto (por ciento) al mes.
- Tiene veintitantos años o treinta y tantos.
- interviene en construcciones como las siguientes: Esa chica es guapa. ¡Y tanto!, ¡Tanto mejor!, Estaba al tanto del asunto, Temía que le sucediese otro tanto, Pronunció una frase un tanto pedante.
- puede encontrarse también en multitud de nexos oracionales, en algunos de ellos con el mismo valor que la forma adverbial tan: tanto...como, tanto que...y, por lo tanto, por tanto, tanto es así que, de tanto como, con tanto, en tanto que, de tanto, entretanto, mientras tanto, cuanto...tanto, tanto más cuanto que, tan(to)...como, tan(to)...cuanto, tan(to)...que, tan pronto...como, tan pronto como, tan luego como,...
Algo/nada
Presentan solamente estas dos formas neutras (algo, nada) que, además, son adverbios (algo, nada). La segunda forma puede aparecer con artículo femenino (la nada) además de en las siguientes construcciones nexuales: ni...ni...ni nada, nada más que, nada menos que, nada más + infinitivo.
Más/menos
Aunque son dos formas invariables, tanto una como otra presentan las siguientes: la adverbial (más, menos), la neutra (más, menos), las masculinas y femeninas plurales (más, menos), y sus correspondientes con artículo (los más, los menos, las más, las menos, lo más, lo menos). Estas dos últimas formas neutras con artículo pueden incluir también la preposiciónde (lo de más, lo de menos). Ambos indefinidos conforman un correlato muy especial debido a la significación contraria que las une, por lo que, para su estudio, podríamos fijarnos en los rasgos que los unen y en los que los diferencian:
- las dos formas intervienen en construcciones análogas: más o menos; sobre poco más o menos; el que más y el que menos; estará, cuando más, una semana y, cuando menos, un día; estará, a lo más, cinco horas y, a lo menos, una hora; los más entraron y los menos se quedaron fuera; eso no es ni lo de más ni lo de menos; dos más tres no es lo mismo que tres menos dos.
- las dos formas intervienen también en nexos oracionales: cuanto más, más que, más...de lo que, por más que, nada más + infinitivo, tanto más cuanto que, nada más que, menos...de lo que, a menos que,...
- son privativas de mas construcciones como: sin más, le dio un porrazo; sin más ni más, le dio un golpe; es más, creo que se casó con otra.
- la forma menos puede encontrarse en construcciones como: las dos menos cuarto; eso es punto menos que imposible; al menos, no nos mojaremos; eso vale mil euros por lo menos.
Mucho/poco
Presentan estas formas todas las posibles, incluida la adverbial (mucho, poco): la neutra (mucho, poco), las masculinas y femeninas en singular y plural (mucho,os,a,as, poco,os,a,as) y la neutra con artículo (lo mucho, lo poco). La primera puede adquirir la forma superlativa (muchísimo), lo mismo que la segunda (poquísimo), la cual puede también tener diminutivo (poquito). Sus rasgos más sobresalientes, que señalamos conjuntamente, son:
- En su intervención como formantes de nexos oracionales, son más frecuentes los que utilizan poco (a poco que, para lo poco que, por poco...que, pues poco que, al poco de + infinitivo) que las que utilizan mucho (para lo mucho que, por mucho...que).
- Lo mismo ocurre cuando intervienen en otro tipo de construcciones: mucho aparece en Superó con mucho la prueba mientras que poco lo hace en ¡Por poco me muerde!; parece poquita cosa; poco a poco; lo tienen en poco; sobre poco más o menos.
- Ambas formas intervienen juntas en la construcción No me importa ni poco ni mucho.
Todo
Presenta todas las formas posibles, incluida la adverbial (todo): la neutra (todo), las singulares y plurales de masculino y femenino (todo,os,a,as) y la masculina singular con artículo (el todo). Puede admitir diminutivo (todito) y composición en múltiples sustantivos (un sobretodo, un todoterreno,...) o adjetivos (todopoderoso,...). Sus rasgos destacables son los siguientes:
- presenta una especial variación significativa en singular dependiendo de si va inmediatamente antepuesto al sustantivo o no: Todo el libro no significa lo mismo que Todo libro.
- cuando aparece solo tiende a colocarse tras el verbo, lo que produce oraciones muy especiales, como veremos al estudiar el sujeto en su lugar correspondiente de la Sintaxis: Los niños traerán todos un bocadillo; La ha limpiado toda; Iba vestida toda de negro;...
- interviene en las siguientes construcciones nexuales: y...y...y todo, con todo, gerundio + y todo, participio + y todo, con todo y con eso, todo cuanto,...
- conforma multitud de enlaces supraoracionales: a todo esto, sobre todo, así y todo, ante todo, después de todo,...
Locuciones indefinidas
Cuando la cantidad indefinida es elevada y se pretende recalcar, la lengua dispone de ciertas construcciones enfáticas muy fosilizadas que podríamos denominar locuciones indefinidas, caracterizadas todas por el uso del verbo haber en tercera persona y una entonación exclamativa: ¡La de gente que había!; ¡Había una de gente...!; ¡Qué de gente había!; ¡Había así de gente!; ¡Había la mar de gente!